Como suelo decir en muchas ocasiones, que no estés mal no significa que estés bien, simplemente estás cómodo. Situarse en la zona de confort muchas veces nos lleva al inmovilismo, a la resignación y a la resistencia al cambio. Te dejo la entrevista realizada por la publicación Salud y Bienestar en la que reflexiono sobre ésta y otras cosas.
Sònia Cervantes, la psicóloga de programas televisivos como HERMANO MAYOR y EL CAMPAMENTO, considera que «no hay peor tormenta que la que te armas en tu cabeza». En su libro ¿VIVES O SOBREVIVES? (Grijalbo) invita al lector a no acomodarse, para seguir creciendo. Partidaria del vive aquí y ahora, este libro pone sobre la mesa lo antiterapéutico que es no sentirse bien.
¿Cuáles son las claves para dejar de complicarnos la existencia?
Conocernos, aceptarnos y comprometernos a cambiar lo que no nos gusta. A veces no sabemos quiénes somos. Es cierto que hasta que no te ocurre algo, no sabes cómo vas a reaccionar, pero hay un desconocimiento de lo que soy o no soy capaz de hacer, si sé o no sé regular mis emociones, si soy o no soy resiliente. No puedo aceptar lo que no conozco. La gente se acepta falsamente, es el síndrome de Alaska y Dinarama: «Yo soy así y así seguiré». Eso no es aceptación, es resignación. Cuando uno se acepta, se acepta en lo bueno y en lo malo, y si hay aceptación plena, hay compromiso de cambio.
¿Somos nuestro peor enemigo?
Sin ninguna duda. Las cuatro emociones bloqueantes son miedo, culpa, rabia y pena. El peor enemigo eres tú, nadie te puede hacer tanto daño como el que tú te haces.
En el libro habla de las preocupaciones anticipatorias, que usted rebautiza como «Ysilandia». ¿Cómo podemos evitar esta ansiedad anticipatoria?
Es normal preocuparse, porque es un mecanismo de defensa. Lo malo es cuando somos Nostradamus y no hago más que imaginar cosas que no han ocurrido. A veces, lo que funciona muy bien es imaginarte que estás ante un juez y que le tienes que demostrar que lo que estás vaticinando es cierto y qué pruebas tienes para sostener eso. Enfrentarte muchas veces a tus propios miedos y buscar evidencias, no creencias. La vacuna para salir de «Ysilandia» es vivir aquí y ahora, confiar en mí mismo y decirme que cuando eso ocurra ya me ocuparé y haré lo posible para salir adelante. Hace años, la gente vivía aquí y ahora y no tenía estas tormentas en la cabeza que, desgraciadamente, desaparecen cuando tienes que pasar por algo difícil en la vida, como una enfermedad grave.
¿Cree que la adolescencia es una etapa en la que el sufrimiento es mayor?
Es una etapa limbo. Lo malo es la educación en la evitación del sufrimiento. Es esa educación basada en «sobre todo que no sufra». Pues ya la hemos fastidiado, porque le va a tocar sufrir. El adolescente es inmaduro y le cuesta regularse emocionalmente, pero, más que sufrir, el problema es que no sabe sufrir, porque no se le enseña, y cuando de adultos vengan los problemas, no van a saber salir adelante. No se educa en resiliencia.
A la educación recibida se unen creencias aceptadas, ¿deberíamos olvidar el refranero?
Son creencias que se nos han ido metiendo a fuego y que, en ciertas ocasiones, pueden llegar a ser muy peligrosas. En el ámbito de la educación, no podemos seguir pensando «al niño y al mulo en el culo» ni que «la letra con sangre entra», porque implica que el aprendizaje está basado en el dolor. En el ámbito de las relaciones tóxicas, hay gente que tiene interiorizado que «amar es sufrir» y lo peor es que están aumentando las relaciones tóxicas en menores de 18 años. Si yo tengo en la cabeza que «el que bien te quiere te hará llorar» y tú me estás fastidiando la vida, sigo con esa relación porque está aceptado que esto funciona así. A veces nos decimos estos mensajes y esto nos genera malestar, pero en vez de revisarlo, me quedo estancado y sigo y sobrevivo.
¿Es el libro una invitación a no acomodarse?
No estar mal no significa estar bien. Hay mucha gente que vive en su zona de confort. La filosofía del libro es que te levantes y te muevas, aunque eres libre de sobrevivir y no cambiar. El libro no te va a resolver la vida, pero es una invitación a que te aceptes y te conozcas y un empujoncito para que empieces a comprometerte.
Como siempre, interesante y ayuda a recapacitar !!!. Claro que también tenemos que intentar llevarlo a cabo, motivación nos das desde luego. Graciasssss